DENVER — Dos hombres fueron arrestados después de correr hacia el campo de Coors Field durante el partido de los Colorado Rockies el lunes y derribar a un jugador de los Atlanta Braves, dijo el martes el Departamento de Policía de Denver.
Jefferson Gonzales-Merida y Carlos Rivelo-Paiz ingresaron al campo sin permiso previo e hicieron contacto físico con un jugador del equipo visitante, dijo la policía de Denver en un comunicado. Ambos hombres son de Denver.
Ronald Acuña Jr. dijo que se encontraba bien después de defenderse de los fanáticos, incluido uno que lo derribó en el jardín derecho durante la victoria de los Bravos de Atlanta por 14-4 sobre los Rockies. Un aficionado logró abrazar a Acuña a mitad de la séptima entrada. Dos agentes de seguridad agarraron rápidamente al hombre y, mientras intentaban llevárselo a rastras, se acercó un tercer agente de seguridad.
El personal de Coors Field los escoltó fuera del campo y los agentes de la policía de Denver los detuvieron. Ambos fueron detenidos acusados de allanamiento de morada y alteración del orden público. Una tercera persona, un menor de edad, también entró brevemente al campo y regresó a las gradas, según DPD.




El menor también fue detenido por el personal de Coors Field y fue citado por allanamiento de morada. Debido a su edad, su nombre no se divulgará.
El martes, los Rockies no dijeron una palabra sobre el incidente de seguridad que dio de qué hablar a todo el mundo del deporte. 9NEWS se comunicó con el equipo varias veces, pero no recibió respuesta.
Acuña no resultó lesionado y permaneció en el partido.
“Al principio me asusté un poco”, dijo Acuña a través de un intérprete. “Creo que los fanáticos estaban ahí afuera pidiendo fotografías. Realmente no pude decir nada porque en ese momento ya estaba la seguridad y ya estábamos como enredados, pero la seguridad pudo llegar y todo está bien. Estamos todos bien y espero que ellos estén bien”.


La Asociación de Jugadores de Béisbol de Grandes Ligas dijo que revisan los protocolos de los estadios durante toda la temporada para reducir la posibilidad de incidentes como este.
Su compañero de equipo Kevin Pillar expresó su alivio. Acuña no resultó herido.
“Afortunadamente, no estaban allí para hacer ningún daño, pero nunca se sabe en esas situaciones”, dijo Pillar, quien estuvo entre los compañeros y entrenadores que corrieron a defender a Acuña. “Eran fanáticos extremos y querían tomarle una foto, ponerle las manos encima. Pero de ninguna manera es apropiado que la gente abandone las gradas, más aún que le pongan la mano encima a otra persona”.
La Prensa Asociada contribuyó a este informe.


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