DENVER — La hiena del zoológico de Denver, Kibo, murió a los 23 años después de una batalla contra el cáncer, anunció el zoológico el martes.
"Nos entristece profundamente compartir que Kibo, nuestra hiena manchada de 23 años, fue sacrificada humanamente a fines de la semana pasada", dijo un comunicado del zoológico de Denver.
El zoológico compartió el mes pasado que a Kibo le habían diagnosticado una forma agresiva de cáncer en la garganta y otros órganos circundantes.
"Para brindarle a Kibo la mejor atención posible y asegurarse de que se sintiera cómodo, recibió una variedad de tratamientos que incluyen quimioterapia y radioterapia de Colorado Animal Specialty & Emergency en Boulder, Colorado", dijo el zoológico de Denver. "Este tratamiento de radiación paliativa ayudó a reducir significativamente el tamaño de la masa de Kibo y lo hizo sentir mucho más cómodo durante el próximo mes".
Sin embargo, la semana pasada, la salud de Kibo comenzó a empeorar significativamente, por lo que se realizó un procedimiento anestésico de emergencia para proporcionarle líquidos y una serie de medicamentos destinados a apoyarlo y hacerlo sentir mejor. Los funcionarios del zoológico dijeron que si bien estos tratamientos hicieron que Kibo se sintiera mejor a corto plazo, los cuidadores y el personal veterinario coincidieron en que se habían agotado todas las opciones para mantener a Kibo cómodo y feliz a largo plazo.
"El equipo tomó la muy difícil decisión de sacrificar humanamente a Kibo para que su calidad de vida y bienestar no sufrieran", dice el comunicado del Zoológico de Denver. "Falleció en paz, rodeado por el equipo de cuidado de animales que lo amaba y lo cuidaba".
Kibo se mudó al zoológico de Denver en el 2004 y fue uno de los primeros residentes de Benson Predator Ridge.
A los 23 años, Kibo era una de las hienas manchadas más viejas en las instalaciones acreditadas por la AZA, dijeron funcionarios del zoológico.
Según el equipo de atención de Kibo, "era una hiena increíblemente especial, dulce e inteligente, que conocía más comportamientos que cualquier otro animal en Predator Ridge. Además de ser muy cariñoso con su compañero, Ngozi, también amaba la atención y los rasguños con rascadores de madera en la espalda de sus cuidadores".
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