WASHINGTON — El presidente Joe Biden se dirigió el martes a la nación tras la balacera multitudinaria del lunes en un supermercado de Boulder, Colorado. El sospechoso mató a 10 personas, incluyendo a un oficial de la policía, dijeron las autoridades.
La balacera del lunes en el King Soopers hizo que los compradores y los trabajadores se apresuraran a buscar refugio y dejó aturdidos a un estado y a una nación que ha sufrido varios asesinatos de gran escala.
Biden dijo el martes que "el Senado de Estados Unidos debería aprobar inmediatamente, espero que algunos estén escuchando, debería aprobar inmediatamente los dos proyectos de ley de la Cámara de Representantes que cierran las brechas en el sistema de verificación de antecedentes penales", al mismo tiempo que pedía leyes de control de armas más estrictas y prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad.
Los investigadores aún no saben por qué el sospechoso abrió fuego dentro del supermercado, dijo el Fiscal de Distrito del Condado de Boulder, Michael Dougherty. Añadio que la investigación está en las primeras etapas, pero que los detectives creen que el sospechoso fue el único francotirador, dijo Dougherty.
El martes, Biden ordenó que todas las banderas de Estados Unidos se bajaran a media asta en honor a las víctimas del tiroteo e instó a los legisladores de la Cámara de Representantes y del Senado a aprobar una legislación en materia de armas.
El jefe de la policía, Maris Herold, dijo que la policía se involucró en un tiroteo con el sospechoso dentro del supermercado y que fue entonces cuando el oficial Eric Talley fue asesinado.
El ataque en Boulder, a unos 25 millas (40 kilómetros) al noroeste de Denver y sede de la Universidad de Colorado, dejó sorprendido a un estado que ha sido testigo de varios tiroteos masivos, incluyendo la masacre en la escuela secundaria de Columbine en 1999 y el tiroteo en el cine de Aurora en 2012.
El ataque del lunes a media tarde fue el séptimo asesinato en gran escala este año en Estados Unidos, tras el tiroteo del 16 de marzo que dejó ocho muertos en tres negocios de masajes del área de Atlanta, según una base de datos recopilada por The Associated Press, USA Today y la Universidad Northeastern.
Esta situación se produce después de una pausa en los asesinatos en masa durante la pandemia de coronavirus del 2020, que tuvo el menor número de ataques de este tipo en ocho años, según la base de datos, que hace un seguimiento de los asesinatos en masa definidos como cuatro o más muertos, sin incluir al atacante.
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